Presentación del Libro "Guadalupe" en Fotovisión SLP


Guadalupe en casa
Laura Elena González

Hace poco más de dos meses se cumplió medio siglo de la muerte de Ernest Hemingway, uno de los más grandes narradores estadounidenses, ganador del Premio Nobel de Literatura el año de 1954.
Aunque no se sabe de cierto, la mayor parte de los críticos y de sus lectores presume que este escritor se quitó la vida con una escopeta, lo que sus allegados atribuyen a un accidente. Luego de ser corresponsal durante la II Guerra Mundial, donde es uno de los primeros periodistas en desembarcar en una de las playas de Normandía el llamado Día D, este escritor regresa a la isla de Cuba, llevado por la alta y permanente simpatía hacia ese país, lo que le permite llegar a ser amigo de Fidel Castro en los primeros años de la triunfante Revolución Cubana.
Desde alrededor de 1940, Hemingway había adquirido una propiedad, Finca Vigía, en un poblado que dista pocos kilómetros de la Habana. Y quien tenga la oportunidad de visitar la finca seguramente se impresionará por el cuidado con el que se mantiene, convertida en el museo “Ernest Hemingway”. Hay en ella, y es lo que quiero destacar para los fines de esta presentación, pegado en un muro, el registro que este narrador realizaba cotidianamente de su estatura y su peso. Y también se conserva en los archivos del museo el álbum de los registros fotográficos que cada día tomaba de su rostro.
Un alcohólico consuetudinario, con tendencias depresivas, el escritor estadounidense prueba con esos registros que hay una urgencia en muchos seres humanos por fijar en la memoria, puntual y diariamente lo que hemos sido y parecido. En este sentido pasamos por una época que más que cualquier otra facilita el que consigamos lograrlo. La digitalización de la fotografía, los avances vertiginosos de la computación, manejo y almacenaje de datos, favorecen el que pronto casi cualquiera pueda anotar no sólo su estatura, pero e imagen de cada día, sino que hasta pueda hacer lo mismo con su morada y con sus seres queridos.
Con todo, si además de la consignación y salvaguarda de esos datos, pudiéramos poner tras la lente de la cámara o en el pulso de la escritura un sentimiento especial, imborrable, podríamos acercarnos a una especie de biografía o autobiografía de las vidas íntimas que somos y que son nuestros seres queridos.
Hoy podemos decir que estamos ante uno de esos resultados. La lente y el afecto de Olivia Vivanco, con el apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, nos permite seguir un rastro familiar y otear en los espacios de vida íntima donde éste se concreta. Guadalupe, un nombre de mujer tan entrañable para los mexicanos, tiene una etimología árabe: Río de amor. Y Guadalupe es el título de un libro que conjunta imágenes y textos que nos permiten imaginar el rastro de olores –el de una cocina con un calentador y una estufa, el de una mesa con estampas religiosas, el de un conjunto de muñecas, el de una mujer mayor recién terminada de bañarse con una toalla enredada en la cabeza- y sonidos y palabras donde una vida ha quedado fijada.
Olivia Vivanco no sólo rescata así su intimidad y emociones filiales; sobre todo nos permite asomarnos a ellas para descubrir que todos tenemos una Guadalupe en casa, que todos habremos de ser Guadalupe un día.

Participación en la II Feria Internacional de Libros de Artista con el Libro "Cine Ópera"



* La Segunda Feria Internacional de Libros de Artista #FILAL llegó a su fin. Se trata de una exposición editorial y de libros-objeto (sic) en el marco de #fotoseptiembre, con sede en el Centro de la Imagen.
Dos años atrás, el país invitado fue Argentina. En esta ocasión tocó turno a la tierra de moda, Brasil, a partir de mesas y debates (zona de experiencia).
Siete editoriales y varias docenas de artistas visuales y fotógrafos presentaron trabajos o proyectos en cinco secciones (Construcción y ficciones, Documentales, Entorno, Indagación e Intimidades). Se dieron dos premios: en la categoría de “Libro Pieza” al libro El Malecón de Mina Bárcenas y en la categoría de “Libro prototipo” a D.F. Penúltima Región de Gerardo Suter; así como 22 menciones honoríficas.
Profundizar en cada pieza o libro requiere vertir más de seis horas de recorrido, acaso mencionar algunas exploraciones temáticas, como el Libro-Prototipo de carácter documental “Mexican Queen”, en el que Heriberto García Martínez explora el mundo trasvesti. También la temática de género con “Autorretratos” ejercicios de autoinvenciones realizados por Katnira Bello, quien se mira a través de una reflex para encontrar rastros de sí, los cuales aprovecha para trastocarlos en su esencia, y de esa manera compartir su “estar“. Pero si de alteraciones se trata, Héctor Falcón presentó un imaginario sútil como provocador: “ejercicio capilar #2″, libro-pieza que incluye ocho refinados fotograbados en el que el cuerpo femenino se ve sustituido…
La urbe no dejó de ser explorada. Dos ejemplos: “Ciudades Invisibles” de Lorena Campbell, o las fotografías del Cine Ópera de Olivia Vivanco, en el que los recuerdos personales se mezclan con aspectos de arqueología urbana.
#FILAL II requiere que el asistente se tome su tiempo para adentrarse a un estado que sobrepase la mera contemplación, es una bienal de cultura visual que prepondera el libro (como objeto) y el trabajo (o los proyectos) de los artistas emergentes.
*Texto publicado en Libros Sampleados. Suplemento de Libros.